"Y así precisamente ocurrió"

pero luego advertí su entelequia
expresiones del pensamiento inconsciente
tonalidades de aromas de tu futura mirada
entre tanto mis manos sedentarias recorriendo el vacío
fuerte intranquilo resucito en otro mundo
el mar es de un rojo rojizo
el cielo, verde (como aquella enaguas de indiferencias que usaste un día cualquiera)
la tierra, era violeta, negra y
en ocasiones con algunas blancas llamas
que parecían venir de dentro
mi pensar flotaba en la faz de tus infiernos ojos
y mi cuerpo azulado estupefacto
aún guardaba las huellas de su turbulento amor
lo indeterminado se torno semejante
y así logre comprender
mi juramento de amarte
aún en el mas allá.